sábado, 17 de noviembre de 2007

Alacrán - Suicida, de Andrés Neuman.

EDICIONES LA FUTURA

Dos cuentos del escritor argentino Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) acompañados de dos serigrafías del artista valenciano Xavier Monsalvatje (Godella, 1965).
Compuesto a mano en tipografía Futura e impreso sobre papel Retreeve Felt blanco. El libro consta de 24 páginas cosidas a mano, encuadernadas en tapas duras de tela color gris y con costura japonesa vista en hilo negro.

2 cuentos breves y 2 serigrafías a tres tintas numeradas y firmadas
100 ejemplares + 20
hors commerce
34,7 x 18 cm, 24 páginas





http://media.epi.es/www.levante-emv.es/media/documentos/2007-11-16_DOC_2007-11-09_00_28_55_posdaint.pdf

sábado, 18 de agosto de 2007

Galería Sargadelos (Barcelona) En Peligro Permanente



Vista de la Exposición

La prestigiosa galería Sargadelos de Barcelona, presenta la obra del artista y ceramista valenciano Xavier Monsalvatje (Godella, 1965), “En peligro permanente” obra cerámica de poética contemporánea inscrita en un excelente lenguaje técnico de raigambre tradicional como es el azul cobalto sobre loza. Artista con formación internacional, cuyo trabajo ha sido expuesto en diversas galerías y museos a lo largo de la geografía internacional: Taipei Exhibition Center. National Craft Research Institute. Taipei. Taiwán; Fuled International Ceramic Art Museums FLICAM. Fuping. Xian, China; Museum of Postal Image. Belvedere Ostrense, Italia; Museo de cerámica González Martí. Palacio Marques de Dos aguas, Valencia; Museo de Arte Contemporáneo. Ibiza; Fundación Antonio Saura. Cuenca; así como en Corea, Suecia, Portugal, Alemania, Dinamarca, entre otros.
Vasijas, platos y Jarrones de hasta dos metros ratificados en esta técnica milenaria e inscrita en paisajes y acompasados dibujos que sumergen al individuo en una contemporaneidad de paisajes de terror y delincuencia, acordes a un universo controlado por grupos de poder y manipulación de los medios de comunicación.

LAS CIUDADES DIBUJADAS DE XAVIER MONSALVATJE





Cuando a mediados del siglo XX Picasso y Miró van a irrumpir en el campo de la cerámica con todo su poder creativo y su gran influencia en las artes plásticas, quedaron totalmente truncados los esfuerzos que – inspirados por la cerámica más sobria del Extremo Oriente – habían realizado Llorens Artigas y Alfons Blat, entre muchos otros ceramistas europeos, por desterrar de la cerámica creativa toda connotación narrativa alienada a la expresión del propio material y su conjunción con formas depuradas basadas en el recipiente. A partir de aquel momento resultaría definitivamente inviable la posibilidad que la cerámica consiguiese consolidarse como especialidad artística independiente de la pintura y la escultura, a diferencia de lo que si pasaría con la fotografía.



Desde esos tiempos muchos creadores – pero también muchos diletantes -, atraídos por los resultados espectaculares y las cualidades plásticas de la cerámica, han utilizado esta materia con más o menos fortuna; fortuna y aciertos que casi siempre están relacionados directamente con sus dotes artísticos. No faltan los que, aún así, se denominan ceramistas, únicamente porque pintan cuadros o hacen esculturas utilizando técnicas y materiales cerámicos.

En este contexto Xavier Monsalvatje es una de las pocas excepciones dentro del panorama nacional, ya que a pesar de tener formación de ceramista, siempre a empleado de manera consciente los soportes que mejor se adaptan a lo que quiere expresar; así, desde 1996 pinta de manera notable con acrílicos sobre tabla o cartón unos desoladores paisajes de arquitectura industrial cargados de sugerencias sobre la memoria, la función social y la belleza de una decadente ingeniería; simultáneamente, hará en gres cocido y acoplamiento de diversos materiales sus personales contenedores – también vinculados al mundo postindustrial- que nos remiten de forma imaginativa a la conservación de unos residuos enigmáticos y, en ocasiones, aparentemente peligrosos; además, el dibujo sobre papel será la técnica protagonista en una buena parte de su obra y en concreto para la realización de la serie cosmópolis, de la cual ahora presenta a Barcelona la ultima producción que también incluye jarrones y platos de cerámica que integran representaciones de su particular aportación –salvando las distancias temporales, conceptuales y de metalenguaje- a las ciudades invisibles que va crear el escritor Italo Calvino.


Esta continua e imaginativa obra de Xavier Monsalvatje, deudora del lenguaje del cómic, se revela como un estudio avanzado de un proceso creativo que acerca la integración entre sus metrópolis dibujadas y algunos aspectos de la cerámica tradicional. La utilización de la técnica de pintura a pincel y mano alzada sobre cubierta de esmalte, en color azul sobre pasta blanca, que tanto se va a prodigar en la cerámica de Manises del primer tercio del siglo XX, confiere a estas obras un carácter más popular –ya que es imposible no asociarlas a objetos de uso doméstico próximas a las vivencias de una persona adulta-, pero a la vez consigue enriquecer el significado de nuevos matices mediante el uso de formas tridimensionales bien conocidas. Así los platos de superficie ligeramente cóncava de esta serie pintados por Monsalvatje nos remiten a la esfera y, por asociación, a las “esferas de vidrio” que contenían modelos imaginados de la metrópoli Fedora, según la narración de Calvino. Por su parte, los jarrones con el perfil de un cuerpo en revolución aportan aquel toque de misterio que siempre supone no poder acceder a la inevitable cara oculta. Bien difícil es no caer en la tentación de rodearlos, o mejor agarrarlos con las manos y girarlos para que los ojos contemplen una lectura que el autor nos propone sin solución de continuidad. “El viajero gira y gira y nada más tiene que dudas; sin llegar a distinguir los puntos de la ciudad, también los puntos que tiene claros se le mezclan”.

En cualquier caso nos sentiremos seducidos por los paisajes megaurbanos de Monsalvatje ya que, a pesar de su lenguaje gráfico con resonancias de ciencia-ficción, están impregnados de realidad c0ntemporána, de consciencia de estar inmersos en el momento presente, dentro de una vorágine de no retorno, donde el protagonismo de los habitantes disminuye de día a día; ya que es indudable que la ciudad actual atrapa y disuelve al individuo en la masa informe del ciudadano sobre el cual están el temor a la delincuencia, a ser controlado por grupos de poder y manipulados por los medios de comunicación. En este escenario el arte solo puede ayudarnos a ver con más claridad.

Así, cada viajero que se aproxime a las ciudades dibujadas sobre cerámica –y también sobre papel- de Xavier Monsalvatje, las interpretará según su estado de ánimo y la coyuntura histórica colectiva. No faltaran los que imaginen vestigios de deseos frustrados, de incomunicación, de alineación y de miedo; ni tampoco los que creen estar delante de vistas fragmentadas de metrópolis de actividad caótica –dirigidas por una nueva especie de dictadores- en las cuales al final de todo la naturaleza se rebela como presagio del futuro que nos espera sino somos capaces de reaccionar a tiempo. Otros, en cambio, tal vez acaben seducidos por la estética postmoderna de un conjunto de rascacielos y estructuras arquitectónicas, de imposible ingeniería, comunicados con calles que giran sobre ellos mismos como un cordel. Ya que creían por supuesto que una de las claves no explícitas de estas obras es permitir a cada receptor convertirse en persona dotada con el poder de la libertad que nos faculta poder inventar con el gozo intimo las ciudades que describe su autor.


Josep Pérez Camps
Director del Museo de Cerámica de Manises


Nota: El texto entre comillas pertenece a Italo Calvino: Las Ciudades Invisibles, Ed. Empuréis, 19